domingo, 26 de marzo de 2017

Se trata de sentir

Esta tarde estaba leyendo junto con mi hijo. Estábamos abrazados en el sofá. Disfrutando  de nuestra tarde de domingo. Leíamos su libro de vida. Llevamos unos días haciéndolo.
De repente, se ha puesto a llorar de emoción. 
Al preguntarle porqué lloraba, su respuesta ha sido que porque le gustaba mucho ese libro. 
En ese momento, le he abrazado con fuerza y le he dicho que no se preocupara, que llorara si así lo sentía, que dejara salir todo lo que llevaba en su interior. 
Entonces, he visto como nuestro nexo de unión se hace más y más fuerte cada día.
Ver como se cumplen tus deseos, tus sueños...
Hacerte consciente de que el camino que estás recorriendo, sigue su curso, al igual que hacen los ríos, cuando buscan su camino hacia el mar. Hace ya mucho tiempo que decidí que no se puede pretender entender todo lo que está pasando; sino que todo radica en la más increíble sencillez. Simplemente, se trata de ser capaz de sentir. 

viernes, 24 de marzo de 2017

Un nuevo amanecer

Cada nuevo amanecer nos trae oportunidades, siempre hay una nueva esperanza que ilumina los viejos problemas, la oportunidad de comenzar de nuevo. 
Hace un par de años cuando dejé uno de mis trabajos, envié un mensaje de despedida a un número determinado de personas y allí les decía que me sentía afortunada por tener un trabajo en el que podía ver salir el sol cada día. Ver como se levanta poco a poco desde el este de la isla y va tomando altura en el cielo. En ese momento, en la explanada de trabajo, el frío se siente en la piel. Es una sensación increíble de descenso térmico que dura unos instantes, unos minutos. Ese frío recorre tu cuerpo y hace que te sientas viv@. 
En otro de los sitios que tuve la suerte de trabajar; mejor dicho, tuve la fortuna de poder poner en marcha... tenía que subir a lo alto de una montaña cada día. Era una espectacular zona minera. Y el sol, al salir, en esos contados días sin nubes, se reflejaba en aquellas paredes graníticas. Tengo esa imagen grabada en mi memoria. 
Cada día, justo en ese momento mágico, al despertar, lo hago con una sonrisa, a pesar del sueño y de la pereza. A pesar de que hay días en los que me quedaría acurrucada entre las sábanas. Es justo en ese momento cuando deseo los buenos días en silencio; cuando voy activando mis neuronas; cuando me preparo para dejarme sorprender un día más; cuando me doy la oportunidad de comenzar de nuevo.  

miércoles, 22 de marzo de 2017

Cuando me convertí en madre

Cuando seas madre lo entenderás... Esta frase la escuché unas cuantas veces a lo largo de mi vida. En aquellos momentos yo no era madre todavía, ni tan siquiera estaba en mis planes el llegar a serlo. Lo cierto es, que nunca sentí esa necesidad biológica de ser madre, por la que dicen que pasamos todas las mujeres. 
Para mí, la maternidad pasaba directamente por la adopción. Siempre pensé que si había niñ@s que necesitaban de alguien que les cuidara, no era necesario que yo trajera más niñ@s al mundo. Decidí renunciar a ese poder, a esa capacidad; y lo hice, desde muy joven.
El ser capaz de dar este paso, ha sido lo mejor que he hecho en esta vida. Y, en ese camino, tuve la gran suerte de encontrar a alguien que pensaba y sentía lo mismo que yo. 
Cuando este sueño se hizo realidad me ocurrió algo inesperado. Sentí como mi cuerpo empezaba a cambiar. Mi forma de sentir, mis reacciones... En mi interior, algo estaba cambiando. No entendía nada. El sentimiento de madre floreció dentro de mí.
De repente. Así, sin pensarlo, sin esperarlo. 
Y no tuve nueve meses para ir adaptándome...Todo pasó de forma muy rápida. No hubo tiempo para procesar todos esos cambios. Todo eso que me estaba pasando. 
De repente, aquella frase que tantas veces había escuchado iba cobrando sentido. 
Era madre, soy madre... y es, sin duda alguna, lo más maravilloso que me ha sucedido nunca. A pesar de no haber parido, me convertí en madre. Ese sentimiento tan grande y tan hermoso, surgió de mi interior.
Cómo he dicho millones de veces (y nunca me cansaré de hacerlo) lo que siento por tí, es lo más grande que he sentido por nadie. 
Sentirte a mi lado cada día. Sentirte parte de mí.
Reir contigo. Crecer contigo. Aprender contigo.
Seguir hacia adelante por tí. Caminar juntos por la vida.
Nuestros caminos estaban destinados a encontrarse. 
Y como dice José Saramago en su libro "El viaje del elefante": Siempre acabamos llegando a donde nos esperan.

lunes, 20 de marzo de 2017

Veinte de marzo

Hoy me han sorprendido con un regalo musical. Una canción del gran Serrat. Un regalo para celebrar el día de inicio de la primavera. 
Lo cierto es que hoy es un día diferente al resto. Un día en el que se produce un cambio de estación. Un día en el que han comenzado a moverse los engranajes para próximos cambios en el terreno personal. 
Mi día ha empezado con sensaciones, con decisiones, con sentimientos. 
La tranquilidad y la seguridad que siento últimamente en mi interior, se reflejan en mi exterior. Mis ojos brillan más que antes. 
El día de hoy, es un momento, que a pesar de no ser fácil, siempre me ha gustado. Despertar con una inmensa sensación de seguridad por haber tomado la decisión correcta; sintiéndome tranquila porque en este proceso han intervenido mi mente y mi corazón. No ha sido un proceso visceral. Pienso que cuando consigues alcanzar el equilibrio entre la mente y el corazón, el camino a seguir aparece delante de uno mismo. 
Cambio de estación. Luna en fase menguante. Época de cambios. 
Momento de finalizar proyectos, de cerrar etapas, de liberarnos de cargas innecesarias, de soltar aquellos lastres que no nos permiten avanzar.  
Antes de iniciar nuevos ciclos, hay que cerrar los antiguos.



No hay nada más raro o más hermoso que ver a una mujer ser ELLA sin culpa alguna...cómoda en su perfecta imperfección. Para mi esa es la verdadera esencia de la belleza femenina.
Steve Maraboli

sábado, 18 de marzo de 2017

Un puente de cristal


Hoy, he dedicado mi tarde para revisar algunos de los libros que he ido leyendo a lo largo de estos últimos años. Necesitaba poner en orden un par de ideas ya que estoy en un momento de toma de decisiones. Decisiones que ocasionarán un nuevo giro en mi vida. Soy una mujer acostumbrada a este tipo de momentos. Soy una mujer sin miedo a los cambios. Pero, suelo tomarme mi tiempo para reflexionar y ser capaz de clarificar mi mente antes de decantar la balanza hacia uno de los lados. Llevo desde hace unos días, sumida en una profunda reflexión, ya que el momento  lo requiere. No es algo tan sencillo como elegir el color de un vestido, de unos pendientes, o de un bolso. 

Pues bien, esta tarde, releyendo entre mis libros; buscando reflexiones, notas, que me ayudaran a poner en orden mis ideas, me he vuelto a encontrar con la siguiente frase: la confianza es como un puente de cristal, frágil y transparente. Y lo cierto es que me ha dado mucho que pensar. La confianza es un bien muy preciado, lleva mucho tiempo construirla. Pero, en ocasiones, puede quedar destruida y desaparecer en tan solo unos segundos. Actitudes interesadas y egoistas de determinadas personas pueden acabar con ella. Y lo cierto, es que cuando desaparece, algo se rompe dentro de nosotr@s. Cuando esto ocurre, es cuando nos damos cuenta del valor que tiene nuestro entorno, del valor que tienen las personas de las que nos hemos ido rodeando a lo largo de nuestra vida. Una simple mentira, pone en duda mil verdades. Y puede hacer que nos cuestionemos muchas cosas: vivencias, sentimientos... Este momento no es sencillo, es algo duro, puesto que requiere de mucha capacidad para procesarlo. Pero como todo en esta vida, hay que ser capaz de superarlo.
El reencuentro de esta frase ha sido inesperado, pero ha sido fructífero puesto que me ha reafirmado en lo que ya sabía. Y por supuesto, me ha ayudado a clarificar la mente para la toma de la decisión adecuada. 












viernes, 17 de marzo de 2017

La memoria de la piel

Siempre he pensado que una de las cosas más bonitas de la vida es el poder ir pasando años. Nunca he tenido miedo a hacerme mayor. He tenido la fortuna de crecer rodeada de mis mayores y de ir aprendiendo de ell@s. Pude comprobar que a pesar de todo lo que a ell@s les había tocado vivir, fueron capaces de seguir adelante, enfrentándose a situaciones complicadas por el momento en el que estas sucedieron. 
Pasa el tiempo. 
Y conforme vamos creciendo, madurando... nuestra mente almacena recuerdos, aprendizajes, lecciones de vida... 
Pero el paso del tiempo también queda grabado en nuestra piel. En ella también quedan registrados momentos, vivencias, experiencias, sensaciones... 
Mente, corazón y piel, son los tres pilares de nuestra memoria. 
Recuerdos, sentimientos, sensaciones, todos ellos forman nuestro diario de vida. De ese diario que vamos escribiendo día a día. Al que le vamos añadiendo páginas, a medida que pasa el tiempo. Ese mismo tiempo que nos enseña que cosas diminutas, pueden originar emociones gigantescas. 

jueves, 16 de marzo de 2017

En la suela de nuestros zapatos

Y un buen día echas a andar...
Empiezas a hacer tu camino. 
Ese que te llevará hacia donde tú quieres. Paso a paso, vas abriendo una ruta. Tu ruta. Sabes el punto exacto, el momento exacto en el que todo se inició. Pero, lo único que no sabes es el destino final; ni tan siquiera el tiempo que te llevará alcanzarlo. 
Sueños, fracasos, amores, desamores, alegrías, tristezas, decepciones... van formando parte de él. 
Ese camino que vas recorriendo cada día, es tuyo. Es único. Es irrepetible.  
Tus pasos son firmes, seguros.
Sabes perfectamente hacia adonde dirigirte. No tienes miedo. 
Te dejas guiar por lo que sientes. 
Eres libre para elegir. 
En cada paso que das, sientes una pizca de libertad en las suelas de los zapatos. 
Una pizca de libertad, que te empuja a seguir hacia adelante; a seguir el camino hacia tus sueños.

lunes, 13 de marzo de 2017

La química del carbono

Una de las clases más interesantes que tuve en mi etapa universitaria, fue la que hacía referencia a la química del carbono. Mi profesor de química inorgánica era capaz de hablarnos durante horas sobre las maravillas de ese elemento químico, de sus innumerables propiedades y de todas sus combinaciones posibles. Llegada la hora de hablarnos del citado elemento, siempre insistía en que para que el carbono se transformara en diamante, tan sólo se necesitaba someterlo a la presión adecuada. 
Parece imposible que una sustancia como el carbón, en su forma alotrópica del grafito, tenga como hermano a otra como el diamante. Su composición química es exactamente la misma. La única diferencia es la presión a la que han sido sometidos a lo largo de su existencia en las capas subterráneas de la tierra. Si somos capaces de sentarnos a pensar y a establecer similitudes, las personas reaccionamos de forma similar. Tod@s estamos sometid@s a distintos grados de presión. Pero no tod@s reaccionamos igual ante ella. No tod@s podemos alcanzar el grado de diamante. Un@s necesitarán más tiempo que otr@s. Algun@ soportarán cierto grado de presión durante un tiempo y alcanzarán un determinado estado de pureza (hablando según los criterios de pureza exigidos en la industria del diamante); otr@s, en cambio, soportarán la presión necesaria para alcanzar el grado máximo de pureza que se puede lograr cuando se habla de estos magníficos minerales. 
Así que, como diría mi profesor, me gustaría terminar recordando que: los diamantes se forman bajo presión.

domingo, 12 de marzo de 2017

El sitio adecuado

En casi todas las casas en las que he vivido había un sitio adecuado. 
Adecuado para cada una de los recuerdos que me han ido acompañando a lo largo de mi vida. Pero también, un sitio para un objeto en particular. Un hueco para un piano. Un espacio concreto, determinado, adecuado. La pared perfecta.
La música me ha acompañado siempre. No concibo mi vida sin ella. Y por supuesto, mucho menos sin un piano. Y eso que no siempre suelo encontrar el tiempo necesario para disfrutarlo. Pero, desde hace bastante tiempo, siento que eso está cambiando. 
Poco a poco, mis prioridades van reorganizándose, van adaptándose perfectamente a mi estado personal. 
Existen los sitios adecuados, para cada objeto, para cada un@ de nosotr@s, para cada momento. Tan sólo es cuestión de tiempo, de paciencia, de saber esperar. Sí. Saber esperar. Ese concepto, que tan complicado nos resulta en ocasiones, pero que nos es muy necesario. Much@s de nosotr@s somos impacientes por naturaleza; otr@s, por el simple hecho de vivir en el momento actual, en el que todo es para hace dos días. Vivimos con prisas, con urgencias, con estrés. Pocas veces somos capaces de pararnos a pensar si realmente estamos donde queremos estar. Si somos quien realmente queremos ser.
Tod@s buscamos nuestro sitio. Tod@s buscamos el sitio adecuado.

sábado, 11 de marzo de 2017

El árbol de la vida

Hace bastante tiempo que andaba buscando algo en particular y ayer curiosamente, siguiendo una de esas intuiciones mías, lo encontré. Buscaba un detalle especial, para alguien no menos especial. Ayer, era el momento. Y algo dentro de mí me decía que tenía que ir a un determinado sitio. Era algo que a pesar de que una parte de mi cerebro me enviaba hacia otro lado, mi corazón me decía hacia dónde me tenía que dirigir. Por supuesto, para no variar, escuché a mi corazón. Y sí, allí estaba. Esperándome. El árbol de la vida. Lo llevaba buscando ya hacía unos meses y por fin, ayer lo conseguí. Es una imagen que tiene un significado especial. A lo largo de la historia está presente en muchas civilizaciones, en sus ritos paganos, en sus religiones; innumerables referencias en la literatura, obras de arte, películas...
Conexiones especiales entre dos mundos. Conexiones especiales entre seres. Conexiones que podrían considerarse mágicas. Lo cierto es, que el momento que viví ayer, no se como explicarlo. Simplemente puede decir que fue algo que surgió de mi corazón y que todo el día fue en consonancia con dicho inicio. 
El árbol de la vida. El origen de todo. 

miércoles, 8 de marzo de 2017

Una luz en la oscuridad

Hoy me enfrento al reto de la página en blanco para escribir sobre algo que pasó hace casi tres años y que me afectó profundamente. Tanto que llegué a sumirme en un estado de angustia silenciosa del que no fui capaz de salir hasta hace no mucho tiempo. Este estado llegó a afectarme hasta tal punto que me robó la alegría y la ilusión que tenía en ese momento de mi vida. Estaba viviendo un momento bonito, que no sencillo. Había realizado muchos cambios y a pesar de ser una persona decidida y acostumbrada a hacerlos, esta vez era diferente, puesto que no los había hecho sola; y mi sentido de la responsabilidad estaba hiper desarrollado. 
Este suceso acaeció una mañana de marzo. Era un día más en el trabajo, o al menos eso pensábamos tod@s. Nada nos hacía pensar que en unos minutos todo iba a cambiar. Siempre he dicho que lo bueno de mi trabajo, lo que lo hace especial, es el poder trabajar con personas. Esto me permite compartir con ellas sus sueños, sus miedos, sus días... Esa persona, acababa de enseñarme las fotos de sus hij@s, me había hablado de su sueño de traerlos aquí, de lo difícil que era estar separado de ell@s. Soy una persona que piensa que cuando alguien te abre su corazón, empiezas a formar parte de su vida. Quizás sea una visión egoista de la realidad, pero yo lo siento así. 
Como decía, todo apuntaba a que iba a ser un día normal. 
De repente, recuerdo la confusión que se creó alrededor. Gritos, carreras, señales que hacían intuir que algo muy grave había pasado. Mi corazón se paró, el estómago se me cerró. Miedo, mucho miedo. Enfrentarte a lo que jamás quieres enfrentarte. Miras a la muerte cara a cara. Los rostros de mis compañeros estaban como el mío. Paralizados. Reaccionando a la velocidad que esos momentos requieren. Aguantando las lágrimas.
En nuestros corazones sólo había silencio, temor... Esa imagen no creo que consigamos borrarla de nuestra mente mientras vivamos. 
Trabajo rodeada de maquinaria pesada. Cada día estoy expuesta a riesgos y como responsable que soy, me toca vigilar que sucesos así no pasen. En ese momento, y de forma inconsciente, cargué con toda la responsabilidad. 
Ese acontecimiento me marcó. Y lo hizo de forma tan importante que ahora constantemente estoy en alerta. Y muy a mi pesar, esa imagen, ese momento de confusión, se ha vuelto a repetir en otras ocasiones. Y no sólo en el trabajo. 
Pero esto no acabó ahí. Ese día, todavía tuve un susto más. Otro golpe más para mi corazón. A las horas, y mientras estaba en el hospital, con una persona que luchaba por aferrarse a la vida, me comunicaron que mi madre había sufrido un accidente grave y que también estaba en otro hospital. Me acabé de paralizar. El destino, o quien sabe, me estaba poniendo a prueba. Algo quería de mí. En esos instantes y aunque parezca algo horrible, no fui capaz de derramar ni una sola lágrima. Estas, vendrían más adelante. 
Tras estos acontecimientos, vinieron diez largos días en los que nos aferrábamos a un simple hilo de esperanza. Todos veíamos una luz en la oscuridad. 
Pero llegó el temido momento. 
Fue una mañana, bien tempranito, en el que después de no haber pegado ojo en toda la noche y entonces sí, dejar que las lágrimas más amargas salieran de lo más profundo de mi ser, me enfrenté al hecho de comunicarles a todos mis compañeros que el hilo de esperanza se había roto; que aquella luz que tod@s veíamos en la oscuridad se había apagado. Esa persona no iba a volver nunca más a estar con nosotr@s. 
Ahora y después de todo lo vivido durante estos tres años, soy capaz de echar la vista atrás y de sentarme a escribir sobre aquello que pasó. Siempre he dicho que me considero una persona optimista y decidida. Y ahora puedo decir, que desde ese momento en el que miré a la muerte a la cara, algo se reforzó dentro de mí. El valor que me hacía falta desarrollar surgió, no puedo decir muy bien donde se encontraba. Pero ahora y a pesar de que nunca estamos preparados para revivir estos trances, la valentía, unida a mi sentido innato de la responsabilidad hacen que me enfrente a mi día a día con alegría, sin cargas innecesarias, sin rencores, sin miedos... porque nunca se sabe cuando puede pasar algo que nos marque para siempre. 

Estés dónde estés, siempre te llevaré en mi corazón; y siempre serás, esa luz que brilla en la oscuridad.

martes, 7 de marzo de 2017

Haciéndote sonreir

Una de las cosas que más me gusta de tí, es tu sonrisa. Soy una persona afortunada porque la tengo cada día. El brillo de tus ojos. La mirada pícara. La complicidad que tenemos. Con el paso del tiempo, he aprendido como hacerte sonreír. Cuando te enfadas, se como conseguir que dejes de estarlo. Tu ceño deja de estar fruncido y de repente tu mirada cambia. Poco a poco, una sonrisa se dibuja en ella. Y casi de inmediato, se traslada a tu boca. Es un instante mágico. Es un momento especial. Es algo entre tú y yo. Y todo esto sucede, en el momento en el que consigo hacerte sonreír


lunes, 6 de marzo de 2017

Cuando la vida nos susurra

Siempre nos han dicho que nacemos con cinco sentidos. Todos ellos se van desarrollando a lo largo de nuestra vida. Pero lo que nadie nos explica, es que tod@s tenemos un sexto sentido. Y tan sólo es cuestión de desarrollarlo con las enseñanzas adecuadas para ser capaces de sentir y percibir cosas que aparentemente no están allí. La vida se encarga de susurrarnos aquello que quiere que percibamos; y lo hace al oído, al corazón, a la tripa... el resto depende de nosotr@s, de que seamos capaces de sentirlo y por supuesto que nos atrevamos a escucharlo de verdad. No es un proceso sencillo, puesto que es necesario ser sensible a ello; y además, hay que tener la capacidad para discernir lo que sentimos. A veces basta con mirar a una persona a los ojos para saber lo que siente en ese momento. Otras, en cambio, no es necesario ni tan siquiera tenerle cerca. Después de pensarlo durante bastante tiempo, he llegado a la conclusión de que si tu corazón está tranquilo y en paz, es cuando eres capaz de abrir todos los sentidos; en ese momento se pueden escuchar los susurros de la vida; y es más, eres capaz de susurrarle tú también. 

domingo, 5 de marzo de 2017

La transformación de las mariposas

A lo largo de la vida vamos pasando por distintas fases, distintos momentos que permiten que nos enfrentemos a situaciones diversas. Estas situaciones nuevas, nos permiten aprender. En la mayoría de los casos, supone la realización de un gran esfuerzo. Supone que realicemos un importante trabajo personal. Pasa el tiempo y vamos transformándonos en aquello que realmente queremos ser. No es un proceso sencillo. Nadie dijo que la transformación resultara algo fácil. 

En la naturaleza, tenemos ejemplos constantes de transformaciones. El caso de las mariposas es uno de ellos. Estas nacen orugas, pero en su preciso momento, se meten en su crisálida y se someten a su particular proceso de transformación. Pasado su debido tiempo, salen de su refugio convertidas en preciosas mariposas. Dotadas con alas de bellos colores, son capaces de volar. Delicadeza, ternura, sensibilidad, belleza...Las mariposas son magia. Son el resultado de un increíble y misterioso proceso de transformación. 
Tod@s y cada un@ nosotr@s tenemos esa capacidad de transformación. Nuestras alas no existen físicamente, no somos capaces de echar a volar de forma real. Pero creo que cuando alguien se enfrenta a un importante proceso de crecimiento personal, la transformación que experimenta es igual de mágica que en el caso de las espectaculares mariposas. Basta con creer en esa capacidad innata que tod@s tenemos y por supuesto ser capaces de enfrentarnos a ese proceso que si bien no es sencillo, nos permitirá convertirnos en una versión mejorada de nosotr@s mism@s.

viernes, 3 de marzo de 2017

En el fluir de las palabras

En algunas ocasiones resulta complicado ordenar todas las ideas que llegan a nuestra mente. Son muchas las cosas que ocurren en nuestro día a día. Demasiadas las presiones que tenemos en nuestra actividad diaria. Trabajo, hij@s, entorno cercano...Tantos frentes abiertos. Tantos puntos que atender, que llega un día en el que el cuerpo y la mente deciden que debes tomarte un descanso. Habitualmente todo son prisas, urgencias, todo nos lo piden para la semana pasada... y si encima la responsabilidad es una de tus características principales, eso lleva a que al final explotes. 
Cuando todo esto ocurre, es como si lleváramos una venda en los ojos, que no nos permite ver todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Y esto, desde mi punto de vista, es un error, ya que nos perdemos otros momentos que realmente merecen la pena. El trabajo es tan solo una herramienta, un instrumento que es necesario y útil en nuestra vida. Pero para nada lo es todo. Hay infinidad de cosas muchísimo más importantes. Son esas pequeñas cosas que nos proporcionan felicidad. Incluso en los días más complicados encontramos situaciones y personas que son capaces de arrancarnos una sonrisa; que hacen, que a pesar de todo, nuestro día tenga momentos para recordar, para que sonriamos al llegar a casa. Recuerdas esos momentos en los que la risa ha sido el detonante para empezar el día. Y ahora, en el lento fluir de las palabras, aparecen. Y lo hacen porqué están allí. Ya forman parte de tí. Probablemente se diluyan con el tiempo, pero hoy, han constituido una parte importante de tu día. Y lo cierto es que:


"Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas"


miércoles, 1 de marzo de 2017

Sorpresas en un día festivo

Empiezo el día con sorpresas. 
Con momentos especiales, igual que lo acabé ayer. Con esas maravillosas coincidencias y casualidades que a veces sin saber porqué, ocurren.
Es primero de marzo. Esta mañana, bien temprano, he dejado que los primeros rayos de sol calentaran mi piel. Ese calor del sol de las primeras horas de la mañana ha sido el catalizador del día. Ha sido el elemento que ha permitido el inicio de una serie de reacciones en cadena. Reacciones mágicas. Sol, calor, brisa. Conversaciones interesantes.
Hoy, ha sido uno de esos días en los que todo fluye. No hace falta planificar, simplemente basta con dejarse llevar e ir improvisando. Uno de esos días en los que sientes que has dado un paso más en tu crecimiento personal, en tu proceso de transformación, como hacen las mariposas. 
Hay personas verdaderamente mágicas; personas que te aportan energía positiva; personas con las que llevas recorriendo un largo camino; personas que te hacen entrega de sus conocimientos y de las que aprendes infinidad de cosas cada vez que tienes la oportunidad de compartir un rato con ellas. Siento que hoy, tengo tantas cosas sobre las que pensar y reflexionar, que realmente me cuesta concentrarme para escribir. Lo que si tengo claro es que la sensación que invade mi interior es de felicidad. Esa sin la cual, la vida carece de sentido. 


La felicidad no es algo que venga prefabricado. Viene de tus propias acciones.
Dalai Lama