miércoles, 31 de mayo de 2017

Flores y espinas

Hace tiempo aprendí a jugar con mi hijo a la flor y la espina. Solemos practicarlo a menudo, porque es una forma de hablar sobre lo bueno y lo malo que ha tenido nuestro día. También, antes de dormirnos solemos pedir un deseo con los ojos cerrados y con nuestros meñiques unidos.
Justamente ayer, le conté cuales eran mi flor y mi espina en estos días. 
La flor, es ver que alguien a quien aprecias muchísimo, ha superado mil y una adversidades, hasta convertirse en un ejemplo de tesón, fuerza de voluntad, optimismo y alegría.  Y le deseas que llegue a lo más alto, con el proyecto que tiene ahora entre sus manos.
La espina, por otro lado, es que el binomio vida y muerte están presentes en nuestro día a día. En ocasiones, parece que nos olvidamos de ello, pero ya se encargan ellas de recordarnos que ambas van cogidas de la mano. La muerte de alguien cercano siempre duele. Cuando esto ocurre, llegan a tu mente miles de imágenes de momentos lejanos en el tiempo, pero que forman parte de tu vida. Tus recuerdos. Tus fotografías mentales. Tu historia.
Vida y muerte caminan de la mano. Contándose sus confidencias. Haciendo sus planes sin contar con nosotr@s. Ellas dos deciden cómo y cuándo. No nos preguntan a nadie sobre la idoneidad del momento. Por eso pienso que la vida hay que vivirla con la conciencia tranquila, con el corazón en paz, sin mentiras, sin engaños, sin rencores. Porque desconocemos por completo tanto la ruta a seguir, como el destino final.

"Hay trenes en los que hay que subir con la certeza de que el único riesgo sería no haberlo hecho"

domingo, 28 de mayo de 2017

Sin manual de instrucciones

La gente que me conoce bien sabe que leer es una de mis pasiones. Puedo enfrentarme a libros de temáticas variadas y de distintas magnitudes sin prácticamente problema. Pero, siempre hay un pero, el enfrentarme a un manual de instrucciones... eso ya son palabras mayores. Creo que dispongo de una importante colección de estos artículos. Todos ellos están perfectamente almacenados en el trastero, y un buen día, no muy lejano, acabarán en el contenedor azul (sí, ese en el que se depositan los papeles y cartones para su reciclaje). Creo que a lo largo de mi vida, me he leído muy pocos manuales de instrucciones. Decididamente, mi curiosidad, mi impaciencia y mi carácter científico, me llevan a probar, experimentar y enfrentarme a nuevos retos. 
Otra de las cosas que la gente que me conoce, sabe muy bien, es que mi medio natural es el agua. En ella, me siento como una ballena; o más bien, debido a mi memoria de pez, debería decir que soy como "Dori" el personaje de la película de Disney "Nemo". En el agua me siento en mi medio vital.  Nado durante bastante tiempo sin cansarme, me sumerjo y permanezco bajo el agua sin problema alguno. Pero, desde hace unas semanas, he decidido ampliar mi entrenamiento personal, y aventurarme a bajar al subterráneo. A ese mundo desconocido. El subterráneo, ese piso en el que no me había atrevido a adentrarme hasta ahora. Quizás por miedo a encontrarme a Satanás en mallas...podría ser.  Aunque, bien es sabido que las relaciones con demonios, no son precisamente aburridas (pero ese es otro tema). 
Pues bien, a lo que íbamos. El piso inferior.  El gimnasio. Un espacio repleto de  máquinas infernales sin manuales de instrucciones. Un mundo nuevo por descubrir. Un reto más al que enfrentarme.
Y,  tengo que decir que está siendo toda una experiencia. Está resultando algo... muy interesante. Y todo esto, sin manuales de instrucciones. 

jueves, 25 de mayo de 2017

Misteriosas desapariciones

A lo largo del año hay algunos momentos clave en los que pienso que much@s de nosotr@s podemos estresarnos. Se trata de esos días en los que nos toca hacer el cambio de ropa de verano a invierno y viceversa. Mantas, edredones, colchas, abrigos, jerséis y demás prendas de vestir se amontonan en distintos lugares de la casa, hasta que poco a poco van ocupando su debido lugar. Puede parecer que nos encontramos ante un tema banal, pero creo que junto con el de la misteriosa desaparición de los calcetines en la lavadora, constituyen algunos de los momentos más críticos en la organización de un hogar. La lavadora, ese inocente aparato electrodoméstico, es uno de los agujeros negros que existen en nuestras casas. A la hora de hacer la colada, sabes lo que introduces. Pero no sabes si al final del programa elegido saldrán una por una las piezas que previamente habías ido depositando en su interior. 
En este caminar mío por la vida, he descubierto otros agujeros negros en la casa. Uno de ellos, es el cajón de la ropa interior. Un buen día, buscas algo y no lo encuentras. Como tienes prisa, porque llegas tarde, no pierdes tiempo en buscar esa pieza con detenimiento. Pero... llega un día, en el que decides poner orden en ese cajón "de...sastre". Tienes tiempo y te pones manos a la obra. Colores, formas y texturas, comienzan a encontrar su sitio. Es el momento en el cual encontrarás el eslabón perdido. O al menos eso piensas tú. Clasificas, ordenas, colocas. Todo. Está todo... ¿Todo?... salvo aquello que andabas buscando. Vacías de nuevo el cajón. Sacas lo que previamente, estaba en su interior perfectamente ordenado. Compruebas que no exista un doble fondo, como pasa en las películas o en los libros de misterio. Y, no. Tu vida, aunque interesante, no es la de un o una doble agente de los servicios secretos. Pacientemente, vuelves a colocar cada cosa en su sitio. Aprovechas para hacer una última revisión y cerciorarte de que efectivamente eso que andabas buscando no está allí. Sencillamente... ha desaparecido. Perfecto, tu casa, acaba de convertirse en un caso objeto de estudio. Has localizado dos agujeros negros en los que la materia desaparece, se teletransporta a otra dimensión. Quizás si te pones en contacto con la NASA, o con la Agencia Europea Espacial, les pueda resultar de interés.
Bueno... eso... o  tan solo me queda recurrir al remedio que usaba mi abuela.

martes, 23 de mayo de 2017

Hay días y días...


Ciertamente hay días en los que las casualidades ocupan una parte importante del tiempo. Llamadas inesperadas, encuentros fortuitos, mensajes y comentarios especiales. Y es entonces, cuando sin poder evitarlo una enorme sonrisa aparece en tu boca y tu mirada se ilumina. 
Casualidad tras casualidad.
Paso a paso.
Momento a momento.
Vas haciéndote más y más consciente de que, lo esencial no es la vida, sino cómo elegimos vivirla.





















miércoles, 17 de mayo de 2017

Y al despertar...


Y de repente, la vio. Apoyada en un rincón. Justo detrás de la puerta. En el mismo lugar en el que su abuela solía dejarla. Después de muchos años, había vuelto a la casa familiar. Una extraña fuerza la había obligado a salir del encierro al que ella misma se había sometido. Se había aislado del mundo, después de lo sucedido. Decidió que esa era la mejor forma de protegerse, de que nadie más volviera a hacerle daño.
El reloj no paraba. El tiempo pasaba. Y ella, vivía tranquila en el castillo de cristal que poco a poco se había ido construyendo. Pero, una noche de primavera, de esas que anuncian la entrada del verano... mientras dormía, sintió una presencia a su lado. No podía abrir los ojos. Algo se lo impedía. Una voz dulce y tranquila le susurraba al oído.
A la mañana siguiente, al despertar, sintió una fuerza que le incitaba a regresar al lugar en el que todo empezó. Se tomó su tiempo para ordenar sus ideas. Preparó su equipaje. Cerró la puerta y partió en busca de respuestas.
Tras un largo viaje, había llegado a su destino. Una espesa penumbra inundaba la casa de sus antepasados. 
Y de repente... la vio. Inmóvil. Ejerciendo una fuerza de atracción inexplicable. Dejó el equipaje en el suelo. Caminó hacia ella y la asió con fuerza. Con las dos manos. 
En ese instante, la misma voz que la noche anterior le había susurrado al oído, comenzó a hablarle. Esta vez con más claridad: 

Barre tus penas,
barre tus temores,
mi dulce niña.
Barre tus enojos, 
barre tu ansiedad.
Barre tu dolor,
barre tu baja estima y tu tristeza
Echa fuera todo lo malo.
Todo lo que carece de sentido.
Todo aquello que no es para tí.
Permítete vivir.
Permítete sentir.
Permítete ser tú

No sabía de donde salía la voz; y mucho menos de donde conseguía sacar la fuerza que le inducía a seguir barriendo. Lo que sí sabía era que cuanto más lo hacía, más tranquila, segura y fuerte se sentía. Sus miedos, sus temores, sus inseguridades... aquellas que la habían mantenido atada durante tantos años, habían desaparecido. 
Fue entonces, cuando de repente las puertas y ventanas de la casa se abrieron de par en par. La luz del sol la inundó por completo. Y allí, al fondo, junto a la puerta de entrada vislumbró la silueta de su abuela, quien mientras le sonreía, le decía: "siempre estaré a tu lado". 



"Para las mujeres sensibles, no hay misión imposible". Amparo Sanchez
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jueves, 11 de mayo de 2017

Un acuerdo entre almas

A lo largo de nuestras vidas tod@s pasamos por altibajos, momentos buenos y no tan buenos, pero la vida, el día a día continua. En ocasiones vivimos experiencias que hacen que nos planteemos si merece la pena seguir adelante. Es entonces, cuando estamos atravesando por estos momentos de tan baja intensidad, cuando debemos seguir adelante con nuestras vidas. Para nada pienso que no podamos flaquear y venirnos abajo; yo soy la primera que me he hundido en algunas ocasiones, pero siempre he conseguido resurgir con más fuerza. Soy una persona que piensa que en la vida todo pasa por algo y que lo que es para tí, llegará en el momento exacto. Confío en la voz de mi corazón. Creo firmemente en él, porque este nunca me ha engañado. Estoy convencida, de que al corazón no se le puede engañar fácilmente; y viceversa. Hace tiempo leí que existen acuerdos entre almas. Se trata de nexos de unión entre personas, que van más allá de lo puramente físico y biológico. Decían que cuando esto ocurre la sensación es la de haber estado conectados siempre. En estos casos, las energías se sienten a pesar de estar separados físicamente. Son conexiones muy fuertes, especiales, únicas. Y esto sólo ocurre en casos muy concretos. No es necesario estar juntos a diario para ser capaces de sentir estas conexiones. Los lazos que se crean son difícilmente explicables y únicos. Las esencias se vinculan y esa unión es muy difícil de hacerla desaparecer. Estas uniones perduran en el espacio y en el tiempo. 


"El alma siempre vuelve al lugar al que pertenece"

martes, 9 de mayo de 2017

Qué te voy a decir... que tú no sepas?

Desde el azul del cielo, palabras invisibles, sonidos silenciosos vuelan de forma desordenada para irse depositando lentamente en mi mente. 
Música de toda una vida. 
Sentimientos hechos canciones.
Reencuentros.
Abrazos y besos.
Ternura en el aire.
Risas, bromas.
Confidencias.
Conversaciones interrumpidas.
Y una pregunta que sale de nuestros labios:
"Qué te voy a decir... que tú no sepas?.


jueves, 4 de mayo de 2017

No es fácil porque...

Llevo un tiempo reflexionando sobre un pequeño artículo que me leí hace unas semanas, en el que hablaban del amor. No era un caso en el que se trataba el tema en general. El texto, hablaba de un caso muy concreto. En él se hacía referencia a esas personas fuertes, independientes, decididas. A esas personas, que portan consigo el recuerdo de mil historias vividas y cuyo corazón late con una fuerza inconmensurable. Decía el texto que los sentimientos que estas personas desprenden son tan intensos que en ocasiones llegan a asustar. Lo que para otras personas, son símbolos de amor, para estas son cadenas; los sueños y ambiciones de aquellas, para estas, son prisiones. Afirmaban en el artículo, que amar a una persona así no es fácil. Y no es fácil porque, en muchas ocasiones, amar a una persona así, te sumerge en una relación mágica de verdad; y en un mundo tan cargado de realismo, pragmatismo y de negatividad como el que nos rodea, no resulta sencillo encontrarnos con personas que todavía crean en la magia. 
"Todas las mujeres llevan un ave en el pecho, un ave poesía, un ave danza, un ave que libre siempre sabe a dónde ir. Algunos la llaman INTUICIÓN"