Me cuesta

Me cuesta escuchar y leer las noticias a diario y no indignarme. 
Me cuesta no hacerme preguntas sobre las posibles formas de gestionar los recursos públicos. 
Me cuesta dejar de lado la manipulación mediática de la que somos objeto.
Me cuesta no cabrearme al ver que nuestr@s polític@s no lo pueden hacer peor (gobierno y oposición).
Me cuesta no cabrearme al ver que el FMI, propone medidas que al cabo de unos meses dirán que no eran las más adecuadas.
Me cuesta seguir buscando trabajo a diario.
Me cuesta no ser crítica con el sistema.
Me cuesta ver como se pierden derechos sociales y fundamentales.
Me cuesta...

A vegades

A vegades, el simple fet d'aixecar-te al matí, et suposa un esforç tan gran que tan sols respirar és un repte. Les hores pasen, escoltes les notícies, llegeixes una mica, penses, fas les feines de ca teva, parles amb una amiga, escoltes una cançó i tot comença a canviar. Queden un parell d'hores perquè el dia acabi, però.. te n'adones de que tens un somni i que... perquè no es pot cumplir?

¿En busca de un futuro mejor?

Si a cualquiera de nuestros padres, madres, abuelos, abuelas, o familiares, que se vieron obligad@s a emigrar en la época de la postguerra, les dijéramos que se trató de simplemente de movilidad geográfica, ¿qué nos responderían?.

Irte a buscar trabajo, fuera de tu tierra, lejos de tu familia, de tus amig@s, aunque lo hagas convencid@ de que es lo que debes hacer, es duro. Es una decisión difícil. 

Así que, hacerlo obligad@ porque en tu comunidad autónoma, en tu país, a pesar de tu experiencia laboral y/o formación no encuentras trabajo, no me parece un motivo para "echar las campanas al vuelo". Frivolizar respecto a este tema me parece patético.

Para mí, la movilidad geográfica nunca ha supuesto un problema. Al contrario, me motiva. Pero, no para todo el mundo es sencillo el dar este paso; así que, por favor, no utilicen la emigración como un argumento para tapar su incapacidad de dar soluciones, de proponer iniciativas motivadoras e ilusionantes. Su incapacidad de darle la vuelta a la situación actual.  Su incapacidad de sacarnos de esta crisis.

Berlín, China, eran dos de los destinos, de dos jóvenes, que habían decidido movilizarse geográficamente. Lo oí la semana pasada, mientras hacía la compra en el mercado. Jóvenes que se van lejos de sus familias, de sus amig@s, como hace años hicieron muchos de nuestr@s antepasad@s. Antes se llamaba emigración, ahora movilidad geográfica.

Mientras recojo estas ideas, me surgen más preguntas. En el hipotético caso de que un gran número de personas se vayan, nos vayamos a un determinado país, ¿hablará nuestro gobierno de "efecto llamada"?. ¿Qué opinaría si el gobierno de ese país, así lo hiciera?. 

Y sí ¿se planteara el que se nos negara la tarjeta sanitaria?, ¿y el derecho a la educación?, ¿y a una vivienda digna?... 

Paciencia

Hoy, me he levantado y como cada mañana mientras me preparaba el desayuno, he encendido la radio; y como no, he vuelto a oir las declaraciones que el Sr Presidente de Gobierno hizo ayer. Nos pide paciencia. Más paciencia. Paciencia para salir de esta situación. 

Pues tengo que decirle, que me tendrá que perdonar. Porque a mí se me ha agotado, ya no me queda paciencia en mi reserva. Tengo que decir en mi contra, que la paciencia nunca ha sido una de mis virtudes; cuando hicieron el reparto de la misma, a mí no me tocó demasiada. O eso, o resultó que ese día andaba despistada y llegué tarde al reparto.

Llevo dos años desempleada, o como me han dicho hoy,  "disponible". Dos años buscando trabajo, a diario. Y me puedo considerar afortunada, porque mi pareja sigue teniendo trabajo. Pero, no puedo dejar de pensar en todas aquellas unidades familiares en las que todos los miembros, en edad de trabajar, no tienen trabajo; no tienen ayudas; y tienen que vivir en muchos casos de las pensiones de los más mayores de la casa, de aquell@s que ya han trabajado suficiente a lo largo de sus vidas, y que ahora deberían estar disfrutando de "su tiempo", de su pensión, de su merecido descanso.

Por eso, no creo que me tengan que pedir paciencia, ni a mí, ni a ninguno de los más de 6 millones de desemplead@s, ni tampoco al resto de la ciudadanía que día a día vemos como todo en nuestro día a día sube sin parar, y hacemos verdaderos esfuerzos por llegar a fín de mes, gastando lo menos posible.

Por favor, no me pida nada más; en este caso, soy "yo", la que le pide, que después de 16 meses, haga algo de lo que dijo que iba a hacer.

 

Injusto empobrecimiento

Hoy, me he despertado escuchando este concepto: "injusto empobrecimiento". La verdad es que no es un concepto nuevo en estos momentos. La crisis está ocasionando cientos, miles de injustos empobrecimientos en gente corriente, en ciudadanos y ciudadanas como yo, como  tú. Pero, hoy "el concepto", me ha ocasionado un cabreo de magnitud considerable; tanto que me he sorprendido pensando en salir a la calle y ponerme a quemar contenedores, sedes bancarias y a realizar demás actos vandálicos. Luego he respirado profundamente, he reflexionado y me he dicho: ¡¡¡¡Tranquila, esa no es la solución!!!!. Si haces eso tu familia, tus amig@s, serán los que sufran;  y los que realmente deberían estar pagando por estas injusticias, no. Hay que buscar otra solución, y tú sola no puedes luchar contra el sistema. Piensa, reflexiona, actúa.   

Pero volvamos al motivo de mi cabreo. ¿Porqué me ha cabreado hoy?. Pues bien, el concepto, hoy, hacía referencia al personaje Urdangarín, "injusto empobrecimiento", ¿porqué?. Cuando cobraba cantidades ingentes de dinero público y se las embolsaba para su beneficio personal, no se consideraba "injusto enriquecimiento". 

Injusto empobrecimiento, es lo que sufren las familias en las que los miembros principales están desemplead@s; aquellas que no cobran prestaciones por desempleo, que sobreviven gracias a las ayudas sociales (eso, si las tienen), gracias a la ayuda desinteresada de amigos y familiares, much@s de ell@s pensionistas, que hacen frente al mantenimiento de las unidades familiares de este país. 

Necesitaba escribir lo que siento desde esta mañana; no puedo evitar la indignación, no puedo evitar pensar en qué podemos hacer para acabar con esta farsa. Desde hace un tiempo, me levanto y me indigno; me voy cada noche a dormir indignada, y creo que eso ni es bueno, ni normal. ¿Podemos hacer algo por cambiar este sistema corrupto?. No quiero pensar que tod@s l@s que ocupan cargos de responsabilidad son iguales, pero de momento, no hay indicios de que esto no sea así, no?. Seguiré esperando una señal, un cambio de rumbo, pero, no demasiado tiempo; y  a la vez voy a pensar en como puedo hacer propuestas para cambiar este sistema. 

Complejo y complicado

Hace unos años me dijeron, tenemos un caso complejo y complicado, pero creemos que os encaja. Nunca supe el motivo de aquel "encaje". Acaso, ¿nos veían  como complejos y complicados?.

Hoy, pensando en la situación actual, me ha venido a la cabeza este comentario. ¿Se puede decir que estamos ante una situación compleja y complicada?. ¿Cómo podemos salir de ella?. A voz de pronto, se me ocurren unas cuantas respuestas: luchando; no permitiendo que nos hagan caer en el desánimo; no consintiendo que nos roben nuestros derechos; exigiendo responsabilidades, igual que nos las exigen a nosotros cuando trabajamos (los cargos públicos trabajan para nosotros y nosotras, son elegid@s cada cuatro años); creando conciencia social; saliendo de nuestras cómodas posiciones burguesas y pasando a la acción. 

La pared

Saltar la pared.
Rodear la pared.
Tirar la pared.
La pared que tengo delante,
y que me impide ver el otro lado.

Reiniciando

Y llegó un nuevo año, y con él, las promesas que hay que cumplir. La mía era reactivar el blog. Este blog que empecé en noviembre y que se quedó aparcado. Y no por falta de ideas, que tengo bastantes, sino porque no consigo ponerlas en orden. 

Llevo días dándole vueltas a esta idea, reactiva el blog;  pero no es fácil. Luego llega la pregunta: pero, qué pretendo con el blog?, cual es mi objetivo? ( esta pregunta viene por deformación profesional)...  y la respuesta es que todavía no lo se. Siempre me ha gustado escribir, apuntar las ideas que se me ocurren, tengo varios cuadernos donde las voy recogiendo, sin orden, sin objetivos. 

No pretendo convertirme en escritora, ni mucho menos; tan sólo quiero recoger mis pensamientos, lo que se me va ocurriendo, en otro formato que no sea sólo el papel; quiero compartirlo con mis amig@s, con la familia, que podáis participar en él, que podamos establecer otra forma de contacto, a parte del facebook, o del correo electrónico, porque estamos lejos; porque no podemos quedar tanto como nos gustaría y hablar largo y tendido de miles de cosas.

Por eso, llevo unos días pensando... reinicia, reinicia... 

Reiniciando

Hay días y días...

Hay días y días... Días en los que estás animada, las ideas te inundan la cabeza, irradias felicidad y optimismo. Es, en esos días, en los que pondrías en marcha miles de proyectos; harías importantes cambios en tu vida. En esos días, sales a la calle con una sonrisa de lado a lado, pisas con fuerza el suelo por el que caminas. Y hay días, como hoy, en los que no tienes ganas de salir de casa, no tienes ganas de hacer nada, y hasta las ideas están tiradas en el sofá, ubicado en la sala de estar de tu cerebro.