Hoy, me he levantado y como cada mañana mientras me preparaba el desayuno, he encendido la radio; y como no, he vuelto a oir las declaraciones que el Sr Presidente de Gobierno hizo ayer. Nos pide paciencia. Más paciencia. Paciencia para salir de esta situación.
Pues tengo que decirle, que me tendrá que perdonar. Porque a mí se me ha agotado, ya no me queda paciencia en mi reserva. Tengo que decir en mi contra, que la paciencia nunca ha sido una de mis virtudes; cuando hicieron el reparto de la misma, a mí no me tocó demasiada. O eso, o resultó que ese día andaba despistada y llegué tarde al reparto.
Llevo dos años desempleada, o como me han dicho hoy, "disponible". Dos años buscando trabajo, a diario. Y me puedo considerar afortunada, porque mi pareja sigue teniendo trabajo. Pero, no puedo dejar de pensar en todas aquellas unidades familiares en las que todos los miembros, en edad de trabajar, no tienen trabajo; no tienen ayudas; y tienen que vivir en muchos casos de las pensiones de los más mayores de la casa, de aquell@s que ya han trabajado suficiente a lo largo de sus vidas, y que ahora deberían estar disfrutando de "su tiempo", de su pensión, de su merecido descanso.
Por eso, no creo que me tengan que pedir paciencia, ni a mí, ni a ninguno de los más de 6 millones de desemplead@s, ni tampoco al resto de la ciudadanía que día a día vemos como todo en nuestro día a día sube sin parar, y hacemos verdaderos esfuerzos por llegar a fín de mes, gastando lo menos posible.
Por favor, no me pida nada más; en este caso, soy "yo", la que le pide, que después de 16 meses, haga algo de lo que dijo que iba a hacer.
