jueves, 23 de julio de 2020

Sólidos muros por derrumbar

Después de numerosas semanas repletas de noches con pesadillas, sin conseguir conciliar un sueño reparador, te levantas y tomas consciencia de que a lo largo de estos últimos años has construido un enorme muro de hormigón a tu alrededor. Nada, ni nadie puede atravesarlo; y mucho menos saltarlo. 
Eres incapaz de concentrarte en nada de lo que haces, desde hace muchísimo tiempo. El brillo de tus ojos se ha ido apagando.  Hoy, las lágrimas vuelven a hacer acto de aparición. No puedes controlarlas. No puedes continuar por este camino. Debes de buscar una salida para derrumbar este muro gris que cada día se va haciendo más y más grande. Tú no eres así. El gris nunca ha sido tu color. Y nunca te han gustado los muros que impiden ver todo lo que te rodea. 
Cada día al levantarte y justo antes de acostarte das gracias por todo. Das gracias por la amistad, por el cariño de tus seres queridos, de tu hijo, por la compañía de todos aquellos que forman tu círculo más íntimo. Y también por tod@s l@s que se han ido cruzando en tu camino, bien para quedarse, bien para ser actores de breves instantes, bien para estar tan sólo por un espacio de tiempo.
Enseñanzas aprendidas a lo largo de todos estos años. Poder echar la vista atrás y ver todo lo que has vivido. Saber con certeza que a pesar de la distancia hay personas que te quieren y a las que quieres; personas que siempre estarán allí, a tu lado, y tú estarás al suyo. 
Agradezco todo esto y más. Agradezco lo que he vivido. Y agradezco lo que me queda por vivir.
Ha llegado el momento de volver a  ser tú, con tu naturalidad, tu malas contestaciones, tus enfados, tus miedos, tus inseguridades, tu carácter... Pero también con tu sonrisa, tu amor, tu empatía, tu capacidad de transmitir, tu felicidad. 
Tienes que ver de dónde vas a sacar las fuerzas para derribar ese sólido muro. Es un trabajo que lo tienes que hacer tú sola. Lo debes hacer de dentro hacia fuera. De esta forma no te aplastará al caer. Y hay que hacerlo con delicadeza para no herir a nadie en el proceso. 
Será una tarea minuciosa, pero el resultado valdrá la pena. Cuando consigas hacer las primeras grietas en ese muro y la luz del sol se cuele por ellas, volverás a brillar y será entonces cuando la reacción en cadena comience y ese sólido muro se derrumbe. 

"No tiene sentido dejar los sueños juntando polvo, como si de viejos libros en un estante, se trataran"