sábado, 13 de junio de 2020

Abrazos en un cajón

Era una mañana de esas de finales de invierno. Esas en las que todavía el frío se deja notar y al despertarte decides acurrucarte cinco minutos más entre las sábanas. Es fin de semana y no tienes ninguna urgencia para salir de casa. El tiempo se ha detenido. Y las prisas han desaparecido. 
En este pequeño rincón del mundo, te sientes tranquila. Dejas volar a tu mente tan lejos como ella quiera. Te imaginas conversaciones con tus seres queridos, con esa amiga que está lejos; un café de los que arreglan el mundo los sábados por la mañana; o tomando unas cañas mirando el mar... 
Con el paso del tiempo la soledad se ha ido convirtiendo en una buena compañera de viaje, así que no resultará tan complicado convivir con ella durante estas semanas de confinamiento. Podrás aprovechar para contarle tus miedos, tus preocupaciones, tus sueños, tus ilusiones, tus deseos...
Dejarás volar tu imaginación hasta el punto al que ella quiera llegar. 
Ha llegado el momento de guardar los abrazos en un cajón. Junto a ellos colocarás besos y caricias. Hay que guardarlos con delicadeza y cariño, hasta que se puedan volver a regalar. Con un abrazo se puede decir tanto sin necesidad de palabras. 
Recuerdas esos abrazos especiales. Esos que se dan sin prisa, que expresan cariño, amistad y que te dicen que todo irá bien, que tu puedes con todo eso y mucho más; esos que te dabas con una persona muy especial justo antes de empezar vuestra jornada laboral y que tenían un efecto mucho mejor que el de un café. 
Los doblas con cariño, les echas un vistazo y suspiras antes de cerrar el cajón de los abrazos. 

martes, 9 de junio de 2020

Un día extraño

Llevas varias noches en las que conciliar el sueño te resulta complicado. Martes. La primavera va y viene. El verano parece asomar por el resquicio de la puerta. Los días raros se suceden uno tras otro. Son muchos ya. La nueva rutina empieza a pesar. No te gusta. Tampoco se puede decir que la anterior si que te gustara. Lo cierto es que las rutinas nunca han sido de tu agrado.
Día extraño. Día triste. Revisas las noticias y nada nuevo: reproches, muertes, suposiciones, instigaciones, críticas... Ese rayo de luz que al principio de esta situación creías que podría iluminar a la sociedad y guiarla hacia un cambio de paradigma, brilla con muy poca intensidad porque parece que nadie lo ve; o tal vez, nadie lo quiere mirar porque resulta más sencillo caminar en la penumbra; y seguir caminando por la senda marcada. 
Y de repente, lees una frase. Tu corazón da un vuelco. Las lágrimas inundan tus ojos. Recuerdos que llegan a tu mente, canciones, entrevistas, conciertos, sueños... decisiones. Te has ido. La vida en este plano se ha terminado para tí. Creo firmemente en que allá donde vayas llevarás tu energía y tu positividad. Una estrella más brillará desde hoy en el firmamento. La vida es así, viene y se va. Cómo bien decías: vivir es urgente. Aprovechar cada minuto, cada segundo. Pasar por este plano haciéndolo lo mejor posible. Aportando tu grano de arena. Iluminando. Intentando ser mejor persona cada día. La oscuridad te envolverá en ocasiones. La tristeza te inundará. Tropezarás con una o varias piedras. 
En este día que empezó extraño, las ideas fluyen de la misma forma. No consigues ordenarlas, ni darles forma; y tampoco te apetece. Decides dejarlas así, sin orden, sin conexión. Libres. Te calzas tus zapatillas y sales a caminar.