Dudas, miedos infundados... se aprovechan de tu debilidad momentánea. Sientes que tus defensas están bajas. Deseas volver a ser tu misma. Deseas recuperar tu valor, tu fuerza, tu autoestima. ¿Cómo hacerlo?. ¿Cómo poder salir del centro de ese torbellino?.
Al fin, decido pararme, quedarme quieta; eso me permite caerme, tocar tierra. Y ese contacto me concede la dicha de volver a recuperar mi centro y seguir con mi vida. Tras la caída y una vez tengo contacto con la Madre Tierra, consigo visualizar con perspectiva todo aquello que me rodea. Y me doy cuenta, tras un breve espacio de tiempo, que estoy preparada para volver a girar de nuevo, para volver a subirme al mundo y retomar el control de mi vida. Septiembre llega a su fin. El otoño negocia con un verano que parece no querer irse. Buen momento para revisar la lista de sueños por cumplir. Y, después de unas semanas de parón, seguir trabajando para conseguirlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario