viernes, 27 de septiembre de 2019

Septiembre


Hay momentos en los que las
 situaciones imprevistas se agolpan en tu día a día y no eres capaz de dar con la solución para que el impacto ocasionado por estas sea el menor posible. De repente, y sin saber como, te encuentras en el centro de un torbellino que gira a gran velocidad. El vértigo te invade; el miedo te atora. Impide que hagas aquello que más te gusta. Sientes que no puedes con todo. Tus obligaciones son abundantes. Pones en tela de juicio tu capacidad para hacer frente a lo que hasta hace unas semanas era lo normal en tu día a día.
Dudas, miedos infundados... se aprovechan de tu debilidad momentánea. Sientes que tus defensas están bajas. Deseas volver a ser tu misma. Deseas recuperar tu valor, tu fuerza, tu autoestima. ¿Cómo hacerlo?. ¿Cómo poder salir del centro de ese torbellino?. 
Al fin, decido pararme, quedarme quieta; eso me permite caerme, tocar tierra. Y ese contacto me concede la dicha de volver a recuperar mi centro y seguir con mi vida. Tras la caída y una vez tengo contacto con la Madre Tierra, consigo visualizar con perspectiva todo aquello que me rodea. Y me doy cuenta, tras un breve espacio de tiempo, que  estoy preparada para volver a girar de nuevo, para volver a subirme al mundo y retomar el control de mi vida. Septiembre llega a su fin.  El otoño negocia con un verano que parece no querer irse. Buen momento para revisar la lista de sueños por cumplir. Y, después de unas semanas de parón, seguir trabajando para conseguirlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario